
Me complace verte así
tan transparente
fruta por saborear
alma cristalina
piel del crepúsculo.
Doy mi alma por tocarte
frente a tu espejo
y despojarte de tu toalla rosada
para que se desate la tormenta
la embrujadora danza de los genitales
hasta que el ingenioso invento
del orgasmo omnipotente
nos pongo a cada cual en su sitio.
Tú frente al espejo nuevamente
sonriéndome lejana
y yo queriéndo morirme
una vez más
como un viejo lobo estepario.
Bello reflejo que devuelve el espejo...un alma cristalina, inalcanzable y lejana.
ResponderEliminarUn gran poema Ian, indudablemente los espejos son un tema de grandes reflexiones.
Un saludo cordial.