
Desenamorarse es a veces
un desandar en el tiempo.
Sobrevolar cansadamente
sobre la espalda del viento,
para que no duelan las heridas,
para que no sangren los anhelos,
para que se aquiete un instante la vida
y no sentir apenas
que nos mata de a poco el recuerdo.
Desenamorase es a veces
suicidar el sentimiento,
asesinar las caricias,
amurallar los gritos ciegos,
emparedar los labios vacíos,
¡que no se fugue un “te amo”¡
¡que no se escape un suspiro!
ni un “quédate a mi lado”
ni un “ven.. y quédate conmigo”.
Desenamorarse es a veces..
como atrapar una imagen que no acaba,
encadenada a unos ojos sin mirada,
llorar en un llanto
que ya no tiene más lágrimas,
destripando un corazón que aún te llama
porque olvida que murió con tu distancia.
Desenamorase de tu amor,
es el exilio de la piel que cubre el alma,
condenada a transitar eternamente
en la retina triste de una triste mirada,
sin otro rumbo que olvidar que alguna vez,
¡tú también sentías que me amabas!